redibujo y dibujo propio

Abordaré el tema del dibujo propio desde tres vertientes diferentes; en primer lugar redibujaré plantas y alzados ampliamente conocidos por todos pero imprescindibles para entender y adentrarnos en un edificio tan fuera de lo común como es la Nakagin Capsule Tower. En segundo lugar, pretendo realizar mi propio dibujo que nos ayude a entender un poco más lo que pueden mostrar los clásicos dibujos de la torre y sus cambiantes distribuciones, quiero adentrarme en los intestinos de la torre: ¿cómo funciona el tema de las instalaciones? ¿Cuántos ascensores existen? ¿Como se fijan las cápsulas en el cuerpo de la torre? Y muchas más preguntas que nos surgen intrínsecamente cuando se trata de un edificio tan fuera de lo común que la historia ha tratado como un símbolo, un símbolo futurista, decadentemente caído en desgracia. Finalmente pretendo realizar un dibujo 3D mediante el que podamos observar la torre desde cualquiera de sus angulos de forma clara y senzilla.

Estilos de dibujo que pretendo incorporar a continuación para mejorar la comprensión del proyecto.

redibujo y dibujo propio: Arquitectura y estructura de la torre. Del redibujo a la extracción propia

Formalmente, la torre Nakagin, y siguiendo las prescripciones del movimiento Metabolista, evita un patrón excesivamente regular a partir del concepto de crecimiento y adaptación de las estructuras orgánicas. La posición asimétrica de las unidades, marcada tanto por el dinamismo de los dos posibles planes contrapuestos (frontal y lateral) como por la gran ventana redonda, que nos recuerda directamente a un ojo de buey, del frontal de la cápsula otorgan al conjunto una apariencia dinámica y de transitoriedad; cambio en el espacio a través del tiempo.

Las cápsulas, aunque existan 8 de diferentes, son casi idénticas entre ellas, por lo que la estructura es la encargada de alcanzar el carácter orgánico con una colocación irregular y un núcleo que la sigue con una estructura cilíndrica que asciende en espiral. Estos núcleos cuentan con 3 niveles separados por escaleras en cada una de las plantas de ascensor (que complica la, ya de por sí difícil, accesibilidad del edificio) y dos accesos a cápsulas por nivel. Además, cada planta cuenta con una puerta de acceso al exterior del edificio, concretamente en la parte superior de una cápsula, se trataba idealmente de una salida para posibles tareas de mantenimiento pero que hoy en día es accesible para todos y del que se hace un uso desafortunadamente recreativo a pesar de las evidentes deficiencias en seguridad que caracterizan este pequeño espacio. Contrariamente, no sólo se cumplieron los requerimientos legales de seguridad en el edificio, sino que se le dotó de rutas de fuga extra en caso de incendio, esto fue posible gracias a tener dos núcleos de comunicación vertical unidos por varios puntos en ciertas plantas y quedando independientes en otras.

redibujo y dibujo propio: Arquitectura y estructura de la cápsula. Del redibujo a la extracción propia

Las cápsulas, fueron ideadas como módulos que cubren las necesidades básicas de un habitáculo, son concebidas como pieza completamente prefabricada (abaratando su coste) y transportada al emplazamiento para ser fijada in situ, por este motivo, las unidades han ser ligeras y fácilmente transportables. Dado que se preveía que las cápsulas tuvieran una vida útil de únicamente 20 años también era imprescindible que fueran fácilmente reemplazables.

La célula individual consta de unas dimensiones de 3 m x 3,8 m x 2,1 m, por lo tanto incorporarse y realizar los movimientos habituales del ser humano era completamente posible y aparentemente cómodo. Como ya hemos comentado con anterioridad, se proyectan 8 modelos de cápsula (no todos llegaron a fabricarse) en función de la posición de la entrada, de la ventana, los materiales de los acabados y la colocación del mobiliario surgiendo así capsulas super-deluxe, deluxe y estándar. La posición de los elementos anteriormente mencionados (puerta y ventana) representa mucho más que un número determinado de posibilidades en la disposición del mobiliario interior, supone también una cualidad imprescindible cuando se trata de una unidad de habitable, la orientación. No casualmente, la mayoría de las cápsulas están orientadas a la fachada suroeste, siendo estas también las que poseen una visión más lejana por el ojo de buey recoebido como ventana. Por otro lado, las únicas cápsulas que poseen, ya desde su colocación, protección solar se encuentran en la fachada posterior, orientada al noreste. Se trata de la fachada dotada de menos ventanas orientadas por dos factores ya comentados: la deficiente estabilidad energética de las cápsulas nada beneficiada por esta orientación y las peores visuales, directamente al edificio posterior alejado, en el mejor de los casos, por unos 10 metros de aire libre.

En referencia a la equipación de cada cápsula, esta varía según el caso pero siempre se mantienen los elementos básicos: baño completo, cama, armarios para la ropa, mesa de trabajo, teléfono, equipo de audio, sábanas, aire acondicionado, televisión plana (empotrada) a color, nevera, un fogón, mantas, cepillo de dientes y utensilios habitualmente ofrecidos en establecimientos hoteleros.

Cada una de las cápsulas consta de dos espacios divididos; un baño con ducha, bañera, lavabo y retrete, situado junto a la puerta de entrada y al que se accede por una especie de puerta-escotilla, y un habitáculo central donde un mueble único cubre toda la pared opuesta al baño donde podemos encontrar cajones, puertas, panel de mandos para controlar los elementos tecnológicos y un escritorio abatible, todo muy bien integrado y siguiendo el precepto de maximización de funciones minimizando el espacio utilizado. En la otra pared, la que se encuentra justo después del baño, encontramos una cama con vistas a la gran ventana u ojo de buey capaz de vencer cualquier indicio de claustrofobia con sus 1,3 metros de diámetro y una profundidad que le permite funcionar como pequeña sala u oficina.

Todo el conjunto es claramente un recordatorio de la pasión del arquitecto por los barcos y probablemente fue justamente esta maximización de funcionalidades en un mismo espacio, imprescindible para la habitabilidad de los barcos, lo que inspiró la distribución y muchos aspectos estéticos de la cápsula de Kurokawa.

Aunque presentaron la cápsula como "la casa del futuro", el diseño de la cápsula se basó también en varias referencias de la cultura tradicional japonesa: el cálculo del área se derivó del tamaño de una sala tradicional para la ceremonia del té. La forma y proporción de la ventana eran una reinterpretación de la "ventana de la iluminación" del Templo Genkoan de Kioto y el ciclo de vida sugerido por el arquitecto era una alusión directa al Santuario de Ise, reconstruido cada 20 años. Incluso el baño, que cuenta con un espacio muy limitado, fue diseñado con una bañera tradicional. Con estos pequeños detalles realmente relevantes el futuro Metabolista proclamado alimentaba de una interpretación de su pasado. Siguiendo la ideología moderna de los Metabolistas el mobiliario se suponía construido con materiales ligeros, vanguardistas y innovadores, en cambio, se utilizó madera de pino lacada, menos exigente tecnológicamente.