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Exploración constructiva

A nivel estructural, la Nakagin Capsule Tower, hoy en día quizás no destacaría en cuestiones de modernidad o avance tecnológico pero a principios de los años 70 y debido a la falta de experiencia en este tipo de construcciones, la torre fue toda innovación

El edificio se compone de dos torres de hormigón interconectadas, de once y trece pisos respectivamente albergando un total de 140 cápsulas prefabricadas y independientes que cuelgan de las torres y funcionan como comunicadores verticales.

Las cápsulas son, en esencia, celdas de acero casi idénticas construidas en Osaka y transportadas a Tokio en camión. El tiempo de montaje para cada capsula fue de tres horas y es posible conectarlas y combinarlas para crear espacios más grandes. Cada una de las cápsulas se conecta a uno de los dos ejes principales mediante únicamente cuatro pernos de alta tensión ya que está diseñada para ser extraída y reemplazada sin afectar a las demás. La capsula es una caja con armadura de acero ligero totalmente soldada y revestida con paneles (normalizados en tamaño y peso para que un trabajador pudiera manipularlos a fábrica) de acero galvanizado de 1 m x 2 m o de 2 m x 3 m reforzado con costillas protegidas con pintura anticorrosiva y finalizadas con una capa de spray brillante Kenitex para evitar la formación de mohos y la corrosión después del procesamiento. Para aumentar la resistencia al fuego del edificio, los elementos estructurales fueron recubiertos con una capa de spray de fibrocemento de unos 45 mm de espesor. Los paneles exteriores, asimismo se cubrieron de 30 mm de del mismo material.

Los núcleos de las torres son de marco-rígido y se componen de marcos de acero rigidizados con hormigón armado; desde el sótano hasta el segundo piso se utilizó hormigón ordinario, para los pisos superiores, hormigón ligero. El encofrado consiste en grandes paneles de la altura de un piso de la torre. Para reducir al mínimo el tiempo de espera para poder hacer uso de la escalera utilizaron hormigón prefabricado en los diversos rellanos de escalera y en los pozos de ascensor dejando espacio para pasar las instalaciones. El patrón marcado por la constructora fué que dos días de trabajo en la estructura de acero estuvieran seguidos de dos días de trabajo en los prefabricados de forma que la escalera fuera completamente operativa para cuando el marco estuviera terminado. La construcción in situ de los ascensores se recortó incorporando los marcos tridimensionales, los rieles y las cajas indicadoras de anclaje a los elementos de hormigón prefabricado y utilizando jaulas prefabricadas.

La ejecución de la obra también estuvo llena de problemas; el emplazamiento, en el centro de la ciudad, dificultaba mucho la llegada de los camiones y el tamaño del propio solar era insuficiente para poder recibir y almacenar la gran cantidad de elementos prefabricados de gran tamaño que debían esperar hasta su puesta en obra. Por eso se tuvo que imponer la llegada y colocación de un número concreto de cápsulas al día, ralentizando así el proceso de puesta en obra.

Es importante considerar que Japón se una zona especialmente sísmica por lo que en una reunión de propietarios en el año 2015 se decidió llevar a cabo una inspección de resistencia a terremotos para determinar la integridad estructural del edificio. En el caso de que éste no cumpla con el reglamento, los propietarios consideraran demoler el edificio, pero hoy en día, a pesar de haberse comprobado su falta de resistencia estructural, aún no se ha demolido.

exploración constructiva: estructura modular

Kurokawa desarrolló la tecnología para instalar las cápsulas, mediante una grúa, en un núcleo de hormigón con 4 pernos de alta tensión arriba y abajo de la capsula; dos pernos para cada lado superior e inferior. Cada unidad se sujeta de tal forma que sea posible inclinarla ligeramente con el objetivo de facilitar la inserción de instalaciones y soportes aunque este hecho en sí mismo pudiera suponer un futuro problema a la hora de sustituirlas. El arquitecto las diseñó para permitir el acomodo del individuo como si de un apartamento o espacio de estudio se tratase o, al conectar unidades entre sí, para poder acomodar a una familia al completo siempre y cuando mantuvieran la coherencia respecto a la presión sostenida por la estructura y la compatibilidad con el sistema de anclajes.

Materiales, diseño interior y exterior y espacios comunes no hicieron concesiones a la hora de adaptarse a las demandas del gran público de la época y destacaban por su aspecto futurista y minimalista. Corrían los años setenta y, más allá de descontextualizar el sistema de fabricación y diseño interior de los barcos llevándolo al terreno de la vivienda, el diseño hablaba de construcción en seco y de llevar la producción en serie a la arquitectura

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exploración constructiva: ventajas e inconvenientes de la modularidad

Como pionero de la modularidad en el terreno de la arquitectura, el sistema, muy bien ideado sobre plano comportaba ciertos problemas a nivel práctico que se fueron manifestando a lo largo de los años posteriores a su puesta en uso. Podríamos deducir, de un evidente estado deteriorado actual, que los arquitectos Metabolista tendían a excederse ya que muchas de sus ideas no eran compatibles con la tecnología disponible en la época.

La posibilidad de inclinar las cápsulas ligeramente para facilitar la inserción de instalaciones y soportes suponía una gran ventaja a nivel constructivo pero, como ya me comentado, también suponía un problema en el momento de su teórica sustitución: el sistema de tuberías se acopló a un bastidor y se instaló in situ. Este método de construcción se escogió para permitir la existencia diferenciada de tres sistemas independientes: el suelo artificial, la propia cápsula y las instalaciones debido a las diferencias entre el previsto ciclo de vida del edificio y la naturaleza de los trabajos de construcción y también con el propósito de prefabricar el sistema de instalaciones. De forma probablemente poco asertiva, este sistema de instalaciones se colocó en pequeños espacios entre las cápsulas y fuera de los ejes de forma que, a día de hoy, estas tuberías se están deteriorando rápidamente tras casi 50 años de uso.

Otro problema que también ha motivado el abandono de la idea de sustitución de las cápsulas es el hecho de que estas se instalaron de abajo hacia arriba y por lo tanto, para mover una es necesario mover todas las que están por encima . Esta modularidad planificada tampoco se ha cumplido en otros edificios del mismo tipo ideológico como es el Centro de Prensa y Radiodifusión Shizuoka de Tange, también ubicado en Ginza.

exploración constructiva: el sistema de instalaciones

La cuestión de las instalaciones es interesante y verdaderamente compleja en un edificio tan original y con un ciclo de vida tan poco corriente como el de la Nakagin Capsule Tower.

Como ya me comentado anteriormente, las instalaciones no se introdujeron en el cuerpo de la torre si no que se ubicaron en un ínfimo espacio entre ésta y las cápsulas, lo que ha degradado clara y rápidamente su estado. Se utilizó un sistema estratificado de tuberías que transportaban agua caliente, fría y desagües. Cada unidad servía a tres plantas y se unieron a las cápsulas mediante tubos flexibles de un metro de longitud accesibles desde aperturas en el suelo de las células para su unión, comprobación y reparación.

En cuanto a la ventilación, el hecho de que en fase de construcción las cápsulas fueran aisladas con amianto para proporcionar protección contra incendios imposibilita el uso actual del sistema integrado de ventilación ya que este material fue prohibido en 1975, por este motivo, hoy en día, esta capa aislante es inútil y las cápsulas sufren grandes variaciones de temperatura. El amianto debería ser retirado por expertos y en caso de no hacerlo ser muy cuidadosos en las reparaciones, las variaciones en la temperatura son únicamente contrarestables mediante la ayuda de un fuerte calentador y una unidad de aire acondicionado adicional. Más de un tercio de las cápsulas cuentan con aparatos de aire al exterior nuevos rompiendo así la originalmente muy ortogonal estética del edificio pero casi imprescindibles ya que el aire acondicionado original permanece fuera de servicio debido a la dispersión del amianto del que hablavamos anteriormente.

La naturaleza de las cápsulas (y el conjunto del edificio) ha llevado a los residentes a apropiarse de ellas y modificarlas de curiosas y diferentes maneras, por ejemplo, en el proyecto original las persianas estaban hechas de papel japonés por lo que duraron muy poco tiempo en buenas condiciones y a día de hoy ninguna capsula las conserva. Desde el exterior podemos observar las diferentes alternativas que los residentes han adoptado para combatir la excesiva luz y conseguir cierta privacidad: cortinas, ropa, hojas de periódico ... También desde el exterior observamos cómo los ocupantes han desarrollado toda su creatividad insertando ventanas alternativas para aportar iluminación natural en los baños, obtener la mejor iluminación solar posible o para poder ventilar de forma natural ya que las ventanas practicables eran un extra cuando las cápsulas eran nuevas y muchos compradores prescindieron de dicho "lujo".

La cuestión del agua caliente también ocasiona un problema grave a día de hoy; las cápsulas individuales no disponen de suministro y para bañarse, los residentes disponen de dos opciones, ninguna de ellas demasiado agradable: obtener un calentador de agua propio o utilizar la ducha portátil comunitaria de planta baja, siendo esta segunda opción la más socorrida por los residentes que quieren una ducha caliente. Debido a la degradación de las tuberías hace unos años resultó imprescindible la instalación de un nuevo sistema de tuberías (sólo para el agua fría) ya que las viejas habían ocasionado numerosas fugas con la consecuente inutilización de muchas de las cápsulas que se pudrían desde el interior. Los trabajos de renovación tampoco se realizaron con ninguna consideración serrando puertas para poder pasar y conectar las nuevas tuberías, degradando aún más el estado del edificio.

A día de hoy no existen planes realistas para sustituir el amianto utilizado en la construcción ni para reparar el sistema de agua caliente del edificio.

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exploración constructiva: materialidad

Creo que tratándose de un sistema modular (del primer sistema modular) es necesario comentar seriamente la materialidad que lo caracteriza y que, en cierto modo, también puede haber causado el estado en el que se encuentra actualmente.

- Exterior de la cápsula: caja de acero recubierta de planchas de acero galvanizado con tratamiento anti-óxido y una capa de Kenitex.

- Interior de la cápsula: acero con revestimiento de tela en el techo y moqueta en el suelo.

- Plantas inferiores: hormigón ligero para poder hacer un uso casi inmediato de las escaleras.

- Interior de las torres: hormigón prefabricado para el suelo de las plantas y las entradas de los ascensores.

- Torres: estructura de acero estructural visto pulido y hormigón armado.

exploración constructiva: estado actual

Tristemente el estado actual de la torre se deplorable, la falta de reparaciones y el nulo interés por sustituir las cápsulas (después de casi 30 años de la fecha en que hubiera tenido que hacerse) la han dejado irremediablemente desactualizada. Se encuentra en la dual posición de ser la primera y ultima arquitectura de su tipo en llegar a completarse pero han pasado cerca de 50 años y hoy es fácil ver cómo ha perdido la magia que la caracterizaba. El edificio está atascado, viejo y en proceso de pudrición, una sombra de lo que algún día tenía que ser y no fue, un recordatorio vibrante de un camino que se ha perdido en las ilusiones de su arquitecto.

Las pocas luces que la encendían por la noche (hoy cubiertas por la red de protección que se ha colocado sobre el edificio posteriormente a que una de las ventanas cayera sobre la acera), denotan la poca vida que existe. En días lluviosos, las filtraciones aparecen en aquellas juntas que se han deteriorado y el agua fluye libremente a través de las puertas. No resulta ya extraño para ninguno de sus ocupantes ver al portero corriendo arriba y abajo colocando cubos para recoger el agua en aquellos puntos donde las filtraciones resultan criticas. Las salidas de incendios de emergencia se han transformado en salas para fumadores donde el mobiliario radica en ceniceros y sillas. Las escaleras resultan un mundo tranquilo en el que en cada planta te encuentras una sorpresa diferente; ropa colgada de alambres, estantes con libros viejos y moho, montones de cajas, grandes maletas barrando el paso, bicicletas, taquillas e incluso vallas rodeando algunas de las puertas. El balcón del tercer piso, es una plataforma casi abandonada que sólo sirve, muy ocasionalmente, para realizar reuniones para quienes utilizan las cápsulas como oficinas rodeados de agua sucia y restos de cápsulas podridas.

El portero, casi parte del propio edificio, está en la puerta durante el día, tratando de evitar que los numerosos turistas curiosos se adentren dentro de las torres, pero por la noche la puerta queda abierta.

En cuanto a las cápsulas, más de la mitad permanecen abandonadas y cerradas y algunas de ellas selladas desde el exterior debido a los riesgos que conllevan pero otras, a pesar del riesgo, es posible entrar para observar los diversos niveles de degradación, los mohos, la vegetación (en ciertos casos cultivada) y el pudrimiento general se han apoderado de los paramentos haciendo caer incluso suelos y techos. Las cápsulas ocupadas se mantienen en buen estado mediante diversas intervenciones al más puro estilo Metabolista (el edificio evoluciona como lo hace la vida que hay en él).

De las 140 cápsulas iniciales, 40 han caído en un estado de deterioro extremo que las ha dejado inutilizables, otras han sido utilizadas como viveros para cultivar plantas (memorando del ideal Metabolista del edificio), 80 más se utilizan como oficinas, segundas residencias o salas de pasatiempos (la insonorización presta a practicar instrumentos musicales) y sólo 20 personas (a día 16 de febrero del año 2016) residen en el edificio de forma permanente, a pesar de esto la preocupación por el futuro del edificio es general a todos que hacen uso.

"... Para resolver (los problemas), básicamente la única solución que queda es intercambiar las cápsulas ..."

- Tatsuyuki Maeda (jefa del proyecto para preservar el edificio) -

Hace poco más de 40 años este héroe caído era el edificio más alto del bario, visible desde lejos y imagen futurista de la ciudad. Hoy, la visión de la torre ha sido bloqueada, escondida tras la sombra de los nuevos rascacielos, vieja, abandonada.

Kurokawa, quien aún estaba vivo cuando el proyecto ya era la imagen de la degradación, criticó duramente la mentalidad capitalista con la que es mirado y el poco mantenimiento que se ha hecho y propuso seguir la filosofía del edificio " desenchufando" las cápsulas para sustituirlas por otras dejando así las torres como arquitectura perdurable. Pero después de su muerte en 2007, el edificio ha quedado desamparado casi por completo convirtiéndose en uno de los últimos edificios Metabolistas en pie que muchos echaríamos de menos si desapareciera.

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